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Cinco razones para ver : «The Good Wife»

A punto de comenzar su tercera temporada en EEUU (estreno el 25 de septiembre en la CBS), «The Good Wife» ha logrado labrarse una excelente reputación en la competitiva parrilla de TV americana. Una audiencia fiel y constante (más de 13 millones de espectadores de media), el apoyo de la crítica y una decena de prestigiosos galardones (Emmy y Globo de Oro incluidos) son la carta de presentación de nuestra última propuesta. Ahí van cinco buenas razones para disfrutarla:

1) Estilo. Seamos sinceros, no es la clase de serie que sueles ver. No hay sangre, tiroteos, giros repentinos de guión ni taquicárdicos finales de episodio pero aún así te has animado a leer estas líneas. Te gustaría que te gustase.

Chris Butler y Titus Welliber, secundarios de lujo en «The Good Wife»
Chris Butler y Titus Welliber, dos de los secundarios de lujo de «The Good Wife».

2) Trama. Cada episodio funciona individualmente pero capítulo a capítulo vamos descubriendo calculadas pinceladas de una interesante trama de corrupción, espionaje y lucha de poder en las altas esferas de Chicago. Por su exhaustiva descripción del microcosmos de jueces, abogados, fiscales y políticos, es probable que «The Good Wife» esté más cerca de series como «The Wire» o «Damages» que de otros clásicos del género. Lochkart and Gardner será a los bufetes de abogados lo que Sterling Cooper a las agencias de publicidad. Al tiempo.

3) Actualidad. La serie está inspirada en el escándalo de prostitución que salpicó al Gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, en 2008 pero también en los casos de John Edwards y Bill Clinton.  Su conexión con la realidad actual es total: la crisis económica, los despidos, la influencia mediática de Twitter o referencias a la política de Obama son constantes y hacen de esta serie una auténtica hija de su tiempo.

Christine Baranski interpreta a Diane Lockhart
Christine Baranski interpreta a Diane Lockhart en la serie.

4) Los Scott. Con mayor o menor éxito muchos rostros conocidos de Hollywood han apadrinado series de televisión en los últimos años: Steven Spielberg («The Pacific»), Mark Wahlberg («El séquito»), Bryan Singer («House») o Martin Scorsese («Boardwalk Empire») son algunos ejemplos. En «The Good Wife» son los hermanos Ridley y Tony Scott los que contribuyen como productores ejecutivos. Si bien su estilo no es reconocible en la dirección de la serie, la calidad de sus producciones queda patente en la cuidadísima factura técnica.

5) El cast. Parece que no puedes recomendar una serie sin decir que sus actores son cojonudos y han ganado muchos premios. Está bien. Julianna Marguiles, protagonista indiscutible, ha ganado el Globo de Oro (2010) y el Emmy (2011) a la mejor actriz. Pero es que hasta cinco de sus secundarios estaban nominados la semana pasada en los Emmy: Josh Charles, Alan Cumming, Christine Baranski, Archie Panjabi o el mismísimo Michael J. Fox como estrella invitada. Sin duda el sustento dramático de la serie está en sus actores.

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“El cosmonauta”: un éxito de crowdfunding sin precedentes

Mañana comienza en Letonia el rodaje de “El cosmonauta”, la primera película española financiada mediante crowdfunding. ¿Crowd-qué? Crowdfunding. ¿Y ezo qué é? En resumidas cuentas se trata de donaciones de personas en todo el mundo interesadas en que tu proyecto salga adelante. En el caso de “El cosmonauta” cada aportación de más de 100 euros te convierte en productor y adquieres el derecho a participar de los beneficios (100 euros son entorno al 0,01% del presupuesto total). Si la aportación es menor (desde los 2 euros) la recompensa es un crédito en la película. Con esta premisa miles de personas en el mundo entero han puesto ya su granito de arena para que esta película de ciencia ficción pueda hacerse realidad.

Miles de aportaciones han hecho posible el proyecto del colectivo Riot Cinema
"El cosmonauta" primera película española financiada mediante crowdfunding

El proyecto lleva en marcha desde diciembre de 2008 sin embargo ha sido en los últimos días cuando ha explotado todo su potencial. El 25 de mayo una entrada desesperada en el blog de la película anunciaba problemas de liquidez para uno de los inversores rusos. De la noche a la mañana 40.000 euros indispensables para poder rodar las escenas más costosas habían volado. Desde la bitácora se hacía un llamamiento para salvar “El cosmonauta”. Todo el equipo de producción se encontraba ya en Letonia listo para comenzar el rodaje por lo que de acuerdo a los planes de rodaje decidieron fijar un plazo de cinco semanas para conseguir el dinero.

Lo que sucedió durante las 72 horas siguientes ya forma parte de la historia del cine: 278 nuevos inversores aportaron 60.000 euros. Y todavía siguen. ¿Dónde esta la clave del éxito? Sin duda las redes sociales han tenido mucho que ver en esta explosión pero si analizamos los hechos con perspectiva parece innegable que es el resultado de un elaborado trabajo de comunicación, perseverancia y profesionalidad.

Quizás el apoyo activo de rostros conocidos de la industria del cine como Nacho Vigalondo supusiera un gran empujón cuando el asunto estaba despegando pero a la larga la transparencia ha sido fundamental para acercar el proyecto y ganarse la confianza de inversores desconocidos en el mundo entero. La web de “El cosmonauta” permite el acceso a exhaustivos planes de financiación, al guión original o a las publicaciones en prensa. Desde el blog Error 500, Antonio Ortiz apunta al hecho de “ser los primeros en adoptar el modelo como gran baza para ganarse la simpatía de quienes están a favor de hacer las cosas de una forma opuesta a la de la industria del cine” y probablemente haya mucho de verdad en ello pero no reconocer el increíble trabajo del colectivo Riot Cinema sería negar la evidencia. Larga vida a “El cosmonauta”.