A punto de comenzar su tercera temporada en EEUU (estreno el 25 de septiembre en la CBS), «The Good Wife» ha logrado labrarse una excelente reputación en la competitiva parrilla de TV americana. Una audiencia fiel y constante (más de 13 millones de espectadores de media), el apoyo de la crítica y una decena de prestigiosos galardones (Emmy y Globo de Oro incluidos) son la carta de presentación de nuestra última propuesta. Ahí van cinco buenas razones para disfrutarla:
1) Estilo. Seamos sinceros, no es la clase de serie que sueles ver. No hay sangre, tiroteos, giros repentinos de guión ni taquicárdicos finales de episodio pero aún así te has animado a leer estas líneas. Te gustaría que te gustase.
2) Trama. Cada episodio funciona individualmente pero capítulo a capítulo vamos descubriendo calculadas pinceladas de una interesante trama de corrupción, espionaje y lucha de poder en las altas esferas de Chicago. Por su exhaustiva descripción del microcosmos de jueces, abogados, fiscales y políticos, es probable que «The Good Wife» esté más cerca de series como «The Wire» o «Damages» que de otros clásicos del género. Lochkart and Gardner será a los bufetes de abogados lo que Sterling Cooper a las agencias de publicidad. Al tiempo.
3) Actualidad. La serie está inspirada en el escándalo de prostitución que salpicó al Gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, en 2008 pero también en los casos de John Edwards y Bill Clinton. Su conexión con la realidad actual es total: la crisis económica, los despidos, la influencia mediática de Twitter o referencias a la política de Obama son constantes y hacen de esta serie una auténtica hija de su tiempo.
4) Los Scott. Con mayor o menor éxito muchos rostros conocidos de Hollywood han apadrinado series de televisión en los últimos años: Steven Spielberg («The Pacific»), Mark Wahlberg («El séquito»), Bryan Singer («House») o Martin Scorsese («Boardwalk Empire») son algunos ejemplos. En «The Good Wife» son los hermanos Ridley y Tony Scott los que contribuyen como productores ejecutivos. Si bien su estilo no es reconocible en la dirección de la serie, la calidad de sus producciones queda patente en la cuidadísima factura técnica.
5) El cast. Parece que no puedes recomendar una serie sin decir que sus actores son cojonudos y han ganado muchos premios. Está bien. Julianna Marguiles, protagonista indiscutible, ha ganado el Globo de Oro (2010) y el Emmy (2011) a la mejor actriz. Pero es que hasta cinco de sus secundarios estaban nominados la semana pasada en los Emmy: Josh Charles, Alan Cumming, Christine Baranski, Archie Panjabi o el mismísimo Michael J. Fox como estrella invitada. Sin duda el sustento dramático de la serie está en sus actores.