Mañana comienza en Letonia el rodaje de “El cosmonauta”, la primera película española financiada mediante crowdfunding. ¿Crowd-qué? Crowdfunding. ¿Y ezo qué é? En resumidas cuentas se trata de donaciones de personas en todo el mundo interesadas en que tu proyecto salga adelante. En el caso de “El cosmonauta” cada aportación de más de 100 euros te convierte en productor y adquieres el derecho a participar de los beneficios (100 euros son entorno al 0,01% del presupuesto total). Si la aportación es menor (desde los 2 euros) la recompensa es un crédito en la película. Con esta premisa miles de personas en el mundo entero han puesto ya su granito de arena para que esta película de ciencia ficción pueda hacerse realidad.
El proyecto lleva en marcha desde diciembre de 2008 sin embargo ha sido en los últimos días cuando ha explotado todo su potencial. El 25 de mayo una entrada desesperada en el blog de la película anunciaba problemas de liquidez para uno de los inversores rusos. De la noche a la mañana 40.000 euros indispensables para poder rodar las escenas más costosas habían volado. Desde la bitácora se hacía un llamamiento para salvar “El cosmonauta”. Todo el equipo de producción se encontraba ya en Letonia listo para comenzar el rodaje por lo que de acuerdo a los planes de rodaje decidieron fijar un plazo de cinco semanas para conseguir el dinero.
Lo que sucedió durante las 72 horas siguientes ya forma parte de la historia del cine: 278 nuevos inversores aportaron 60.000 euros. Y todavía siguen. ¿Dónde esta la clave del éxito? Sin duda las redes sociales han tenido mucho que ver en esta explosión pero si analizamos los hechos con perspectiva parece innegable que es el resultado de un elaborado trabajo de comunicación, perseverancia y profesionalidad.
Quizás el apoyo activo de rostros conocidos de la industria del cine como Nacho Vigalondo supusiera un gran empujón cuando el asunto estaba despegando pero a la larga la transparencia ha sido fundamental para acercar el proyecto y ganarse la confianza de inversores desconocidos en el mundo entero. La web de “El cosmonauta” permite el acceso a exhaustivos planes de financiación, al guión original o a las publicaciones en prensa. Desde el blog Error 500, Antonio Ortiz apunta al hecho de “ser los primeros en adoptar el modelo como gran baza para ganarse la simpatía de quienes están a favor de hacer las cosas de una forma opuesta a la de la industria del cine” y probablemente haya mucho de verdad en ello pero no reconocer el increíble trabajo del colectivo Riot Cinema sería negar la evidencia. Larga vida a “El cosmonauta”.