Inauguramos “Revisited”, una sección dedicada a esas películas que no están de actualidad pero que a menudo pueden encontrarse en los cada vez más escasos videoclubs. Verlas de nuevo, años después de su estreno, permite escribir otro tipo post, más reflexivo y centrado en los pequeños detalles que seducen al espectador.
La primera película de esta sección es el film Trece días (Thirteen Days, Roger Donaldson 2000), que se centra en la crisis de los misiles de Octubre de 1962 que enfrentó a los Estados Unidos con la Unión Soviética de Nikita Kruschev y la Cuba de Castro. El film aborda la trama desde el punto de vista del presidente John Fitzgerald Kennedy (al que en la película llaman coloquialmente Jack), de su hermano Robert (o Bobby) y de un asesor personal del presidente interpretado por Kevin Costner.
No es necesario saber más de una trama que está en los libros de historia así que pasemos a los detalles, empezando por el reparto. Bruce Greenwood (JFK) y Steven Culp (RFK) son excelentes elecciones. Su parecido con los personajes que interpretan no es exacto (algo que podrían haber conseguido perfectamente) sin embargo se basan en los gestos y el porte de los personajes que interpretan para lograr una credibilidad sobresaliente. Por su parte Kevin Costner repite muy correcto en el ambiente Kennedy (después de interpretar al fiscal Jim Garrison en la película de Oliver Stone JFK: Caso Abierto).
La fotografía corre a cargo del ahora director Andrzej Bartkowiak (Romeo debe morir, Doom) que desde entonces no ha vuelto a repetir en este puesto en ningún film. Aunque no alcanza la excelencia del ambiente estresante que logró en Un día de furia (Joel Schumacher, 1993) su trabajo es bueno, aunque algo pobre si se compara con lo que hizo Robert Richardson para JFK: Caso Abierto. El blanco y negro que aparece varias veces a lo largo de film parece más una excusa para camuflar las carencias de los efectos especiales en las escenas del U2, que una licencia artística de director de fotografía.
Trece días tiene una de las mejores elipsis que he visto en los últimos años. En un momento dado, a mitad de película los personajes de Kevin Costner y Bruce Greenwood charlan a solas en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Al terminar, Costner acompaña hasta la puerta al presidente Kennedy que sale de la habitación. Costner cierra la puerta pero cuando se da la vuelta JFK está sentado delante de decenas de periodistas leyendo un discurso televisado. La escena está tan magistralmente rodada que es posible que el espectador ni se de cuenta del truco.
Para terminar, es digna de mención la soberbia forma de tratar las relaciones entre Estados Unidos y la U.R.S.S. El modo en que las tensas relaciones entre comunismo y capitalismo obligaban a americanos y soviéticos a comunicarse con acciones en lugar de palabras. Una simple llamada de Kennedy a Kruschev habría solucionado todo el primer día. Pero esto no era posible. Se trata, si cabe, del punto más interesante de una película para amantes de la historia.
Calificación: 7/10