A lo largo de nuestra corta pero dilatada carrera como montadores nos hemos visto obligados a trabajar con multitud de programas de edición de vídeo, cada uno con resultados muy particulares. A continuación analizaremos brevemente los pros y contras de cada uno.
Hasta la fecha contabilizamos siete programas distintos: dos exclusivos de Mac: Final Cut Pro e iMovie, uno compatible con Gates y con Jobs, Adobe Premiere y cuatro exclusivos de Windows: Pinnacle Studio, Sony Vegas, Windows Movie Maker y Avid. Sigamos pues, este orden de análisis.
Final Cut Pro. Es el mejor de ambos mundos (Mac y Windows). Es intuitivo, es rápido y su integración con proyectos de Photoshop y After Effects es excelente. Te permite tener varios proyectos abiertos a la vez y pasar cómodamente de uno a otro. Es ideal para trabajar en alta definición o incluso sacar listas EDL para editar película de cine. Es perfecto para los profesionales pero sencillo para los patanes. Así es, se trata de la panacea de los programas. Ahora bien los chromas que se pueden hacer con los plugins que vienen por defecto no son precisamente de lo mejorcito. Además no soporta igual de bien todos los formatos (algunos requieren un renderizado) y otros ni siquiera los abre (caso de Windows Media Video o los archivos MTS de alta definición de las cámaras Sony, por ejemplo)
iMovie. No es un programa de edición profesional pero es ideal para una persona que no haya montado nunca y todavía no este familiarizada con las lineas de tiempo y el concepto de pistas. Pese a estar dirigido a grabaciones de tipo casero (bodas, cumpleaños, viajes) está perfectamente dotado para editar cómodamente cortometrajes o pequeños montajes con una amplia gama de efectos de postproducción de gran calidad. Una joya para los que empiezan o aún no se han hecho con Final Cut Pro.
Adobe Premiere. Estar disponible para ambos mundos tiene ciertas ventajas, como por ejemplo, crear un proyecto en Windows y seguir editandolo en Mac. Además, ser de Adobe garantiza una excelente compatibilidad con After Effects o Photoshop y el interfaz es muy parecido al de Final Cut Pro, con un modo de edición muy intuitivo. Quizás le ha faltado estar un poco más optimizado para el trabajo profesional. En cualquier caso no es una mala elección.
Pinnacle Studio. Probablemente, el peor programa de edición de vídeo profesional que hay en el mercado. Sufrirás, lanzarás maldiciones en arameo y volverás a sufrir pero seguirá estando igual de mal pensado. La única forma de sobrevivir a él, es no haber probado nunca antes otro programa de edición. Es torpe y lento y como no tengas un buen PC te dejará tirado a la primera de cambio. Muy recomendado.
Sony Vegas. Es la elección ideal si tu cámara es Sony y grabas en un disco duro de alta definición. Y digo la ideal por no decir la única (siempre puedes convertir los molestos archivos MTS a MPEG pero si trabajas con ella a diario no es una opción porque pierdes mucho tiempo). La forma de edición es mejorable pero si llegas a aprender los atajos del teclado se convierte en una herramienta bastante cómoda. Hace unos chromas excelentes y ofrece infinidad de plugins para tratar el color. En cambio, cosas tan sencillas como cambiar la posición y el tamaño de un clip en la pantalla puede resultar un rompecabezas sino estás acostumbrado. Es compatible con gran cantidad de formatos. Puedes descargarte gratuitamente una versión completa que caduca a los 30 días.
Windows Movie Maker. Si el mundo está a punto de acabarse, tu ordenador no soporta ningún otro programa y te va la vida en editar ese vídeo… aún así piénsatelo dos veces antes de usarlo. Su compatibilidad con otros formatos es bastante limitada. Independientemente de las prestaciones de tu ordenador no está diseñado para proyectos de larga duración y es más que probable que te deje tirado o no renderice bien el proyecto. Mientras no le pidas peras al olmo te podrá sacar de algún apuro. Es el equivalente a iMovie en Windows… pero ya quisiera.
Avid. Todo un clásico de los programas de edición capaz de levantar defensores y detractores a partes iguales. Necesitas tal cantidad de horas para trabajar ágilmente con él que salvo que te paguen por hacerlo no merece la pena intentarlo. Afortunadamente si llegas a controlar el programa y sus atajos a la perfección puede ser bastante rápido, pero siempre con el handicap de editar en un PC. Si Walter Murch (montador de Apocalypse Now o El Paciente Inglés) se pasó de Avid a Final Cut Pro será por algo. Bien es cierto que está pensado para la gente que estaba acostumbrada a montar con la tradicional moviola.
Espero que os haya servido de algo. Sea cual sea vuestra elección recordad que hay pocos trabajos tan reconfortantes como el del montador y es que la edición es el tercer y último parto de cualquier proyecto audiovisual (siendo el primero el guión y el segundo el rodaje).