El 1 de marzo arrancaremos en el Pirineo Aragonés el rodaje de un nuevo cortometraje. A pesar de ser una sencilla historia western con solamente dos personajes es posible que se trate de nuestro proyecto más ambicioso hasta la fecha.
Un verdadero desafío logístico que nos obligará a rodar en una localización de complicadísimo acceso a los pies del Pico Aneto. Trasladaremos el material en trineos de perros. Y por primera vez filmaremos la aventura en cinemascope: 35 mm anamórfico a cuatro perforaciones.
“Desde niño me han fascinado los relatos de Jack London. Desde sus aventuras polinesias a la crueldad del invierno en el Klondike. Son relatos de supervivencia. De circunstancias extraordinarias hechas rutina. Donde tarde o temprano el alma torcida de los hombres acaba imponiéndose a la adversidad del entorno… o es aplastada violentamente. Es el momento decisivo, en el que las personas se hacen grandes o mueren retratadas como egoístas y miserables.
En el cine se ha retratado muchas veces ese universo de pioneros y buscavidas de London. Pero en su mayoría han sido adaptaciones que ponían el foco en una visión idealizada de la aventura frente al verdadero conflicto existencial que empuja a los hombres a lanzarse a un entorno salvaje y contrario a la vida. Por eso, desde 2018 trabajo junto a Héctor Rojo en la escritura de un largometraje que adapta tres de esos relatos con ingredientes de otra docena.
«Sauerdogs» es sin embargo una historia original inspirada por ese universo. Será nuestro particular laboratorio de ensayo, tanto para el tono, como para el look visual que queremos trasladar al largometraje. No es necesariamente un fragmento de la película sino una declaración de intenciones. Un aperitivo, la invitación al universo que retrataremos después.”
Guillermo de Oliveira | Enero 2021
FICHA TÉCNICA
Título: Sauerdogs Duración: 12 min Soporte: 35 mm anamórfico Idioma: inglés
Dirección: Guillermo de Oliveira Guión: Guillermo de Oliveira y Héctor Rojo Productoras: Zapruder Pictures, Yukon Winter AIE y NaifFilms Producidopor: Guillermo de Oliveira y Luisa Cowell Producciónejecutiva: Luisa Cowell y Yadira Ávalos
Directoradeproducción: Inés Laporta Director de fotografía: Carlos de Miguel Director de arte: Ysrael Sánchez Directora de vestuario: Carmen Granell Ayudante de dirección: Fátima Martin Sonido directo: Javier Duch
Hay veces, cuando todo sale mal, en las que lo único que puedes sacar en positivo es el aprendizaje. Esta no es una de esas veces, pero bien pudo serlo. Al final, unicamente, la determinación y el esfuerzo titánico del equipo salvaron el proyecto del desastre. Este es un recopilatorio de algunos de los contratiempos a los que nos enfrentamos.
– Barro. Cuando visitamos las localizaciones de Modern Warfare: Sunrise hace unas semanas nada nos hacía imaginar lo que estaba por venir: el mes de marzo más lluvioso en 66 años de registros. A nuestra llegada descubrimos que las pistas de tierra o el pico donde debían esperar los francotiradores se habían convertido en un auténtico lodazal impracticable. La furgoneta ya no podía subir el equipo a la cima y tan solo el todoterreno consiguió hacerlo através de un cortafuegos. En consecuencia: retrasos, falta de espacio para cobijarse y barro por todas partes.
– Lluvia y niebla. La lluvia que nos preocupaba no era solo la que había caído en semanas anteriores sino la que todavía estaba en camino. El viernes no dejó de llover en todo el día. El plan original era grabar la parte de los francotiradores al amanecer pero al llegar al pico descubrimos que la niebla ni siquiera permitía ver la carretera a donde debían apuntar. Intentamos reajustar el plan de producción dedicándolo casi todo a la persecución pero lo cierto es que muy pocas cosas de las que grabamos ese día serán útiles.
– Maquillaje. El maquillaje de envejecimiento que María Katt había preparado desde las 04.00 de la mañana para el capitán Price no funcionó como habíamos previsto. Los cambios de temperatura y la humedad cercana al 99% comenzaron a teñir el latex de blanco por lo que debimos evitar los primeros planos del personaje ese día y prescindir de ello el resto de jornadas. La cicatriz y las lentillas azules de Soap también nos trajeron de cabeza.
– Dormir. Vale que las camas no eran muy cómodas pero cuando duermes una media de cuatro horas diarias, un muelle mal colocado casi es el menor de los problemas. El cansancio hace sus estragos y no respetar el sueño se acaba pagando.
– Conducción. La persecución era la parte del corto que requería más tiempo de rodaje y por tanto la única que no podíamos “grabar del tirón”. Eso hacía que de un plano a otro pasáramos de un agradable amanecer a una densa lluvia, del sol del mediodía a una impentrable niebla. Imposible mantener la continuidad en la acción, todavía trabajamos en resolver el problema aunque todo apunta a que deberemos planificar una jornada extra para volver a repetir varios planos. Y por si esto fuera poco las puertas de la furgoneta se bloqueaban en marcha, el 4×4 pinchó una rueda tras arrollar una piedra, la gasolinera más cercana se encontraba a más de una hora de camino y las baterías de los walkie talkies con los que controlábamos el tráfico se agotaron a las dos horas. Cada pequeño contratiempo minaba un poco más nuestra moral y nos obligaba a ir con la lengua un poco más fuera.
– Inundaciones. Al atardecer del tercer día nos acercamos al lugar donde pensábamos grabar el final de la persecución… pero no lo encontramos. Las lluvias recientes habían formado un río y un pequeño estanque al paso del camino que enfilaba hacia el parque eólico.
– Fuera de presupuesto. El exceso de kilómetraje (casi 800 km por vehículo), la correspondiente gasolina y ser más personas de las previstas dispararon el presupuesto cerca de 700 euros más de lo previsto. Ahora dependemos de la campaña de crowfunding, todavía en marcha, para la realización de los planos del helicóptero.
El resultado no es como lo habíamos imaginado pero podemos estar muy orgullosos de haber sacado adelante la situación cuando todo parecía pedirnos a gritos que tirásemos la toalla. Ahora solo queda un arreón final para que el corto pueda ver la luz en pocas semanas.
Este sábado esperamos dar por finalizado el proceso de preproducción del cortometraje. Han pasado casi cuatro meses desde que empezamos a trabajar en la idea hasta llegar a este punto. Abordar una producción como la de Modern Warfare: Sunrise puede ser agotador. Ni siquiera hemos empezado el rodaje y sin embargo no hemos parado un minuto en los últimos 120 días. Esto es lo que hemos estado haciendo:
– Escribir el guión. Allá por el mes de noviembre fuimos de acampada a un bosque cerca de Galve de Sorbe, en Guadalajara. Explorando los alrededores llegamos a un pico con una vista inmejorable de las montañas, el valle y la carretera. Acabábamos de sembrar la semilla del corto pero todavía no lo sabíamos. “Sería la leche tener a un francotirador aquí apostado, esperando a que venga alguien en un coche”. Casi todas las ideas nacen de esta forma. A veces es una localización lo que te inspira, otras un objeto, pero rara vez la cosa funciona si empiezas: “Vamos a hacer un fan film de Modern Warfare”. Construir de cero es extremadamente complicado. Nosotros decidimos tomar ese punto de partida y contruir el resto de la historia con los elementos que el paisaje nos ofrecía: una carretera, un bosque, un campo de molinos eólicos, un pequeño pueblo deshabitado.
– Visitar la localización. Dado que la localización era el suelo sobre el que construir la historia teníamos que conocerla a la perfección. Cuando el presupuesto no te permite cambiar lo que tienes lo ideal es escribir pensando en las limitaciones. Eso facilita mucho todo lo que venga después. Por eso hemos ido cuatro veces hasta Galve de Sorbe, Cantalojas y sus alrededores. Cada escenario ha sido fotografiado y filmado y aún así nunca estás lo suficientemente preparado. Porque lo imprevisible, pasa.
– Reducir costes. El guión incluye cosas nuevas y extremamente complicadas para nosotros. Una persecución, planos aéreos, una puesta en escena compleja, rodar al amanecer… Para poder realizar todo esto necesitábamos reducir el presupuesto a un máximo de 5000 euros y eso solo era posible reduciendo costes. Cuando produces un proyecto de estas características, no se trata solo de ver cuanta pasta consigues sino más bien de cuanta te puedes ahorrar. Trabajar con amigos y gente que no busque en esto más que hacer un buen trabajo, aprender y pasárselo bien es un gran primer paso. Pero no es suficiente. Conseguir el apoyo de Falco Films (equipo de grabación) y Airsoft 51 Combat Zone (atrezzo) ha sido fundamental para hacer el proyecto realidad. Ambos se han volcado y han ejercido de auténticos asesores sobre qué hacer y cómo hacerlo.
– Recaudar fondos. Nuestras previsiones más optimistas hablaban de un mínimo de 3000 euros para realizar el corto. A día de hoy nos hemos gastado cerca de 4000 y la previsión es terminar cerca de los 6000 euros. Sí chavales. Un kilo de las antiguas pesetas. El crowdfunding funcionó con Max Payne: Valhalla y está resultando una de las formas más efectivas de conseguir el dinero. A través de Indiegogo ya hemos alcanzado los 2500 euros y confiamos en que esa cifra siga creciendo en los próximos días (por la cuenta que nos trae). Además hemos organizado dos fiestas, en Madrid y Vigo con las que hemos recaudado casi 1200 euros.
– Permisos de rodaje. Papeleo, burocracia, vuelva usted mañana, llame a este número, ya le llamaremos, envie un correo… En Madrid capital la cosa está bastante organizada pero pedir un permiso de grabación para una zona rural de Guadalajara ha sido una auténtica odisea. Y todavía no ha terminado…
– Planificación. En solo cuatro días debemos grabar toda la acción del cortometraje, a excepción de los planos aéreos. Eso significa que cada día nos someteremos a un plan de producción maratoniano con madrugones, prisas y sin margen para errores. Por eso hemos diseñado un plan que nos permita saber que hacer en cada momento y como capear con agilidad cualquier contratiempo. Se nos ocurren mil cosas que pueden fallar pero las que nos preocupan son las que no podemos imaginar. Cruzad los dedos.
– Y conseguir cosas. Muchas cosas. El concepto es tan amplio como fabricar unas matrículas rusas, comprar pasamontañas o encontrar la forma de que una furgoneta eche humo del capó (sin cargártela, claro). Cada frase del guión ocultaba un pequeño problema y todavía estamos trabajando en encontrar la solución a muchos de ellos. Es una parte muy bonita del proceso pero muy laboriosa y poco reconocida.
La próxima semana comenzamos el rodaje. Una nueva etapa de la que todavía no podemos aventurar el resultado pero en la que sin duda aprenderemos muchísimo. Seguidnos en Facebook y Twitter para estar al tanto de la novedades. ¡Gracias por estar ahí!
Nace TEASERLAND, un festival de teaser trailers de películas inexistentes. El objetivo no es otro que el de generar en el espectador interés hacia la futura película através de un pequeño collage de imágenes . Quizás, inspirado por piezas como las que acompañaban a Grindhouse (Machete de Robert Rodríguez, Thanksgiving de Eli Roth, Werewolf Women of the SS de Rob Zombie o Don’t de Edgar Wright) el cineasta de Lleída, Jaume Balagueró se ha convertido en el impulsor de este festival tan peculiar. Las condiciones del mismo permiten presentarse a cualquiera que tenga una pieza de un máximo de 90 segundos, 100% original y grabada con cualquier tipo de cámara. El plazo de entrega de los trailers comienza el 15 de Septiembre y terminará el 31 de Diciembre. El premio 30.000 euros para realizar un cortometraje. Una sorprendente iniciativa en la pensamos participar y a la que ya se han sumado directores de prestigo como el propio Balagueró, Isabel Coixet, Juan Antonio Bayona o José Corbacho.