Si uno piensa en “Sin City” de Robert Rodríguez y Frank Miller, uno esboza una sonrisa. Si uno piensa en “300” de Zack Snyder, basada en un cómic de Frank Miller, uno posiblemente también esboce una sonrisa. Pero si uno piensa en “The Spirit”, escrita y dirigida por Frank Miller… es posible que uno se quede dormido, como me sucedió el día de Navidad. Tenía ganas de ver la película, a pesar de que a través del tráiler se vislumbraba una “Sin City 1.5”. Si tan sólo hubiera sido la mitad de buena de lo que lo fue “Sin City”, me hubiera entretenido en el cine.
Lo siento mucho, pero no se puede decir nada bueno de película. Ni la espectacularidad del físico de Eva Mendes la salva, porque todos y cada uno de los personajes son tan planos que hacen del encefalograma de una piedra una montaña rusa. Pero no es su culpa, ni la de Scarlett Johansson, ni la de Samuel L. Jackson, ni la del actor protagonista de cuyo nombre no me acuerdo. Me temo que es culpa de Frank Miller. Reconozco que no me he leído el cómic, pero no es necesario hacerlo para juzgar si una película entretiene.
No cabe duda de que la inspiración en “Sin City” es más que notoria. Lo primero que salta a la vista es la estética, muy similar a ésta pero infinitamente peor. La película co-dirigida (aunque empiezo a sospechar que deberían cambiar los créditos) por Robert Rodríguez mantenía un estilo visual a lo largo de la película. Sin embargo, el señor Miller lo va cambiando a su gusto: de sepia a casi color, de blanco y negro con un color tipo “Sin City” a casi dibujos… Que podrían no estar mal si no fuera porque dichs cambios carecen de sentido y te llaman más la atención que la historia que intentan contar. Por otro lado, parece como si la voz en off en “Sin City” hubiera sido reemplazada por pesados monólogos/conversaciones sin sentido entre los personajes . Podría seguir, pero como me quedé dormido, tal vez esté siendo demasiado injusto y haya algo de lo que no me hubiera percatado.
Parece que Frank Miller, tras “co-dirigir” junto a Robert Rodríguez debió pensar que un cómic es lo mismo que una película y que hoy en día un ordenador te lo hace todo. Un “chroma” por aquí ysóo tengo que cambiar el verde por una ciudad . Ahora copio los tetos de las viñetas donde pone “diálogo” y listo, tengo mi propia película. Sé que “Sin City” ha sido mencionada demasiado a lo largo del post, pero si queréis guardar un buen recuerdo de Frank Miller…Quedaros con ella y ahorrad los siete euros del cine.